No muy lejos del monumento a la Constitución Nacional, en la plaza homónima, se alza la impresionante Torre de Mangana. Fue edificada a comienzos del siglo XVI sobre un viejo castillo árabe, y por eso se cree que servía de vigilancia y protección. Aparentemente también hizo las veces de catapulta en épocas de guerra y constituyó un buen punto de observación para una sinagoga cercana, que luego se convirtió en una iglesia católica, la de Santa María.
Con el paso de los años sus funciones cambiaron y se transformó en torre para tocar la campana y reloj. Durante el siglo pasado fue restaurada y fue entonces cuando se le agregaron detalles en estilo mudéjar, por los cuales hoy es conocida. Historia, arte, cultura, elementos bélicos y religiosos se entretejen para formar una intrigante leyenda sobre lo que es hoy uno de los símbolos de la bella ciudad de Cuenca. Lo invitamos a conocerlo.