'La Condenada' La mina romana de 'La Condenada' o 'La Condená' es la principal de referencia del cerro de 'Las Obradás' y del mayor complejo minero de Osa de la Vega. Presenta una trama laberíntica, con un desarrollo interno actualmente practicable de cerca de 1 kilómetro de recorrido subterráneo.
Básicamente se compone de tres pisos o niveles mineros de explotación, accesibles entre sí mediante contrapozos y escaleras talladas, junto a galerías y rampas que los intercomunican, adaptándose a la morfología de explotación del minado en el seguimiento y beneficio de los filones del yeso cristalizado. 'La Condenada' cuenta así con las evidencias de las antiguas infraestructuras mineras romanas que posibilitaron su explotación, aunque parte de las galerías subterráneas y cámaras mineras se encuentran actualmente colmatadas de escombros o hundidas.
La intervención arqueológica de 2001 buscó esclarecer algunos aspectos técnicos de su explotación en su ámbito interno, así como para conocer otros usos posteriores del minado, entre los que cabe destacar el carácter sepulcral y funerario de reutilización de la mina en época visigoda como necrópolis colectiva y como lugar de refugio o donde guarecerse, especialmente en momentos de inestabilidad y tiempos de crisis.
Así, se ha podido constatar desde su función como escondite por parte de buscados por la Santa Inquisición, como en el caso de Sebastián del Coso, vecino de Osa, que en 1610 dejó testimonio escrito de su estancia y paso por la mina con una inscripción incisa en uno de los yesos especulares, hasta episodios de nuestra más cercana Guerra Civil, donde el minado se utilizó como refugio por los contendientes de uno u otro bando. Igualmente, la curiosidad y atracción que despierta el medio subterráneo como lugar de ocultamiento de posibles tesoros, ha propiciado también en todas las épocas la entrada de visitantes ocasionales a la búsqueda de las posibles riquezas y bienes escondidos en la misma, así como episodios de exploración de la más variada índole y casuística.